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Método madre canguro en prematuros: beneficios y reflexiones


El Instituto Materno Infantil Colombiano se encontraba en 1978 con dificultades en el departamento de recién nacidos, presentando un alto índice de mortalidad en prematuros y en bebés de bajo peso. No contaban con la tecnología ni con los recursos materiales para afrontar dichas dificultades. En la búsqueda de una solución, el director del Instituto y pediatra Edgar Rey, decidió imitar las conductas de los marsupiales. Estos animales se caracterizan por desarrollarse muy poco en el interior de la madre y completar gran parte del crecimiento aferrados al exterior del cuerpo de la misma. Fue entonces que desarrolló un método, colocando a los bebés de bajo peso, piel con piel, sobre el cuerpo de la madre. Notablemente, la mortalidad infantil en la Unidad que dirigía, bajó más del 50%.

¿Cómo se aplica el Método Madre Canguro (MMC)?

El MMC consiste en mantener al bebé, escasamente vestido, en contacto directo con el pecho de un adulto (preferentemente su madre). El objetivo es que, al igual que los marsupiales, los bebés completen su desarrollo utilizando el metabolismo de sus madres, sustituyendo lo antes posible la incubadora.

Resulta un método simple, en tanto implica que el adulto se coloque una cinta elástica de lycra de algodón sobre su abdomen, diseñada especialmente para sostener al bebé en posición vertical el mayor tiempo posible.

Los resultados de aplicarlo resultaron sumamente beneficiosos, tanto para el bebé como para el centro de salud, quien no necesita desembolsar grandes recursos económicos ni humanos para practicarlo. Esta ventaja llevó a que en el 2004 la Organización Mundial de la Salud (OMS) elabore una guía práctica que oficia como referencia tanto para los profesionales de la salud, como para los padres que deseen utilizarla.[1] Esta recomienda que el método sea aplicado por lo menos durante 60 minutos al día. Si el bebé se encuentra estable y su condición médica lo permite, se aumenta paulatinamente la duración, pudiendo llegar a estar las 24 hrs. dentro de la cinta, inclusive mientras el adulto duerme. La OMS recomienda que una vez que el bebé es dado de alta, los padres continúen el MMC en sus hogares, con controles en el domicilio por parte del pediatra. La utilización del Método se recomienda hasta que el bebé alcance el período considerado normal de desarrollo a término (edad gestacional en torno a las 40 semanas), y/o su peso llegue a los 2500 grs.

Beneficios del contacto directo entre la madre y el bebé

Se han observado grandes beneficios de la aplicación del MMC tanto en los bebés, como en su familia.

Una de las tareas de la incubadora es regular la temperatura del bebé. En el caso del Método el cuerpo de la madre es quién realiza dicha tarea a través del contacto piel con piel. A su vez, los bebés tratados con el MMC tienen una mejor estabilidad fisiológica; es decir, regulan igual o mejor su temperatura, en comparación con los bebés que permanecen en la incubadora.[1.1]

Asimismo, se evitan ciertas incomodidades: ruidos y olores desconocidos, intensidad de la luz, etc. Los bebés que permanecen en contacto piel con piel aumentan la frecuencia y el tiempo de “sueño tranquilo”, lo que lleva a que mejoren las tasas de crecimiento. El estímulo que brinda el adulto con su respiración permite una regulación de la respiración del bebé notoriamente mejor que en la incubadora. [2]

Respecto a la lactancia materna, incluso en aquellos casos donde el bebé no puede tomar leche materna directamente del pecho de su madre, el contacto “piel con piel” favorece la producción de leche en la mujer. Cuando el bebé ha logrado la madurez necesaria para poder alimentarse con pecho directo, el MMC favorece la lactancia a demanda, regulando la producción materna de acuerdo a las necesidades del bebé.[3] La posibilidad de alimentarse de esta forma repercute en el crecimiento, la inmunización y consecuentemente en el desarrollo futuro del niño.

Es importante recordar que el umbral de dolor de los recién nacidos es igual al de una persona adulta. Los estudios indican que este umbral disminuye en la medida que el bebé tenga menos semanas de nacido. Un bebé prematuro va a sentir el dolor de forma más generalizada, más fuerte, y más duradera que un niño de mayor edad. Si bien las intervenciones médicas son necesarias, producen malestar e incomodidad. El MMC, al ser menos agresivo y basarse en elementos ya conocidos por el bebé -olor de la madre, su voz, los sonidos de su cuerpo-, le ofrece una sensación de seguridad que le ayuda a recuperarse con mayor rapidez de las intervenciones dolorosas.[4]

Afortunadamente, la mayoría de los nacimientos ocurren a término y sin grandes complicaciones. De todas formas, ante complicaciones menores en bebés a término se puede recomendar aplicar el MMC durante las primeras horas, evitando el uso de la incubadora y la separación de la madre y su bebé.

Algunas Reflexiones

El MMC y sus beneficios nos hacen pensar fundamentalmente acerca de la importancia del contacto directo entre el bebé y sus padres.

Existen creencias populares que indican que el cargar mucho tiempo a un bebé puede “malcriarlo”, o producir “mañas”. Sin embargo, la naturaleza nos enseña que el bebé se favorece notablemente ante el contacto directo. La madre no queda exenta de beneficios, ya que al sentir el olor de su hijo y al tocarlo, favorece la producción de leche materna.

Desde el punto de vista psicológico se habla de la importancia del apego. Esto es el vínculo que se crea entre la madre (o cuidador primario) y su bebé. Este vínculo será un modelo importante que afectará el establecimiento de las futuras relaciones interpersonales. En los primeros meses de vida, la forma de vincularse es a través del cuerpo: el tacto, el olor, el sonido de la voz de la madre y de los vínculos afectivos cercanos. Un bebé que está muchas horas acostado solo, se pierde la riqueza afectiva de ser cargado y mimado.

La posibilidad para los padres de estar con su bebé, y ser protagonistas de lo que le va aconteciendo, disminuye la ansiedad y el sentimiento de impotencia que pueda surgir ante dificultades, aumentando la confianza en sí mismos, y consecuentemente favoreciendo el vínculo con el bebé.

Para saber más:

Referencias: [1] Organización Mundial de la Salud. (2004) Método Madre Canguro. Guía Práctica. Ginebra. http://kangaroo.javeriana.edu.co/descargas/reglas_mmc_oms_espanol.pdf

[1.1] Conde-Agudelo A, Belizán J, Diaz-Rossello J. Atención de madres canguro para reducir la morbilidad y la mortalidad en lactantes de bajo peso al nacer. Cochrane Database of Systematic Reviews 2011 Issue 3. Art. No.: CD002771. DOI: 10.1002/14651858.CD002771

[2] Charpak, Nathalie. (2006) Bebés Canguro. Ed. Gedisa. Barcelona.

[3] R. Closa Monasterolo y cols. “Método canguro en recién nacidos prematuros ingresados en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal”. En An Esp Pediatr 1998;49:495-498.

[4] Johnston C, Campbell-Yeo M, Fernandes A, Inglis D, Streiner D, Zee R. Skin-to-skin care for procedural pain in neonates. Cochrane Database of Systematic Reviews 2014, Issue 1. Art. No.: CD008435. DOI: 10.1002/14651858.CD008435.pub2

Bibliografía:

Charpak, Nathalie. Bebés Canguro. Ed. Gedisa. Barcelona. 2006

Conde-Agudelo A, Belizán J, Diaz-Rossello J. Atención de madres canguro para reducir la morbilidad y la mortalidad en lactantes de bajo peso al nacer. Cochrane Database of Systematic Reviews 2011 Issue 3. Art. No.: CD002771. DOI: 10.1002/14651858.CD002771

Organización Mundial de la Salud. (2004) Método Madre Canguro. Guía Práctica. Ginebra. Disponible en http://whqlibdoc.who.int/publications/2004/9243590359.pdf?ua=1

Johnston C, Campbell-Yeo M, Fernandes A, Inglis D, Streiner D, Zee R. Skin-to-skin care for procedural pain in neonates. Cochrane Database of Systematic Reviews 2014, Issue 1. Art. No.: CD008435. DOI: 10.1002/14651858.CD008435.pub2

R. Closa Monasterolo y cols. Método canguro en recién nacidos prematuros ingresados en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal. En An Esp Pediatr 1998;49:495-498.

Foto extraída de la web maternidadfacil.com

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