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Alimentación de la madre durante la lactancia

La leche materna es el mejor alimento para el recién nacido y el lactante. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia exclusiva hasta los 6 meses y acompañada de alimentos adecuados hasta los 2 años o hasta que la madre y el bebé lo deseen (1).


La madre tiene un rol fundamental en esta instancia, que implica diferentes aspectos: afectivo, psicológico, nutricional. La lactancia materna facilita la formación de un vínculo sólido y saludable entre madre e hijo que es necesario para el desarrollo emocional, físico e intelectual del niño (2).


La preocupación durante la lactancia está habitualmente centrada en el bebé, en su crecimiento armónico y saludable pero la alimentación de la madre también es importante en dicho evento (3).


En las diferentes etapas de la vida, la nutrición adecuada es fundamental para mantener un buen estado de salud. Más aún durante el embarazo y la lactancia, que son etapas críticas, se hace hincapié en este aspecto. En el primero se producen modificaciones en el organismo de la madre con el objetivo de solventar sus propias necesidades y la del bebé que se está gestando. Estas modificaciones irán también preparando el organismo materno para la lactancia.


Algunos de ellos son:


- en la composición corporal y la ganancia de peso: hay un incremento del tejido materno en útero, mamas, tejido adiposo, volumen sanguíneo y líquido extracelular.

- en el sistema gastrointestinal: por efecto de la progesterona el peristaltismo gástrico e intestinal disminuyen para favorecer la absorción de nutrientes.

- en el sistema cardiovascular: hay un aumento en el volumen sanguíneo y del gasto cardíaco (4).


Asimismo durante la lactancia hay adaptaciones con el fin de cubrir las necesidades nutricionales que tienen ella misma y el bebé. Las hormonas presentes en este período estimulan el desarrollo mamario y aumentan el metabolismo y el transporte en el tejido adiposo. En cuanto al intestino hay un aumento de tamaño y complejidad de su funcionamiento para asegurar una absorción adecuada de nutrientes (4).


La leche materna tiene más de 200 componentes todos y cada uno de ellos imprescindibles para el desarrollo adecuado y armónico del bebé: proteínas, lípidos, carbohidratos, factores inmunológicos, agua, minerales, enzimas, compuestos bio- activos, hormonas factores de crecimiento.


Puede haber variaciones que son normales en algunos de los componentes, por ejemplo, según la hora del día en que el bebé se alimente, la etapa de la lactancia en que se encuentren la madre y el bebé, la alimentación materna y las variaciones individuales (5).


Al ser un fluído vivo, dentro de una misma toma se ven cambios: al comienzo de la toma la leche será más rica en carbohidratos y al final más rica en lípidos. De esta manera el bebé recibe en una toma un producto dinámico, variable, ajustado al momento específico en el que se encuentra.


¿Qué componentes de la leche materna dependen de la alimentación de la madre?


La composición de la leche es relativamente constante pero hay casos en donde la dieta materna está relacionada con el contenido de la leche producida. Según Ruth Lawrence, cuando las madres sufren desnutrición, el contenido de proteínas, grasas y carbohidratos es aproximado a la de las mujeres bien nutridas pero su volumen es inferior. Si la madre consume una dieta muy restrictiva, esto incide en el contenido de vitaminas hidrosolubles (5).


Según la AEP el cuerpo de la madre siempre prioriza las necesidades del bebé y, por ello, la mayoría de los nutrientes como hierro, zinc, folato, calcio y cobre, aún cuando la madre esté desnutrida se siguen excretando en la leche en un nivel adecuado y estable, a expensas de los depósitos maternos. La leche materna siempre es aconsejable aún cuando la dieta de la madre no sea perfecta (6).


La lactosa es el componente más estable frente a las variaciones que pueda haber en la dieta materna. Las proteínas también pero en madres desnutridas puede haber alguna modificación, sobre todo en la proporción de las proteínas del suero y la caseína. El perfil de los ácidos grasos presente en la leche puede variar: esta es un reflejo del tipo de grasa presente en la dieta materna: si es con predominio de carbohidratos dará una leche con mayor concentración de ácidos grasos saturados de cadena media. Una dieta rica en ácidos grasos poli-insaturados determina mayor contenido de estos en la leche (7).


Es interesante el protagonismo que tienen los ácidos grasos polinsaturados. Durante el último tercio del embarazo y en el recién nacido en los primeros seis meses de vida se requieren un gran aporte de ácidos araquidónico AA y docosahexaenoico DHA. Estos ácidos grasos son sintetizados a partir del Acido linoleico AL (Ω6) y del α linolénico AAL (Ω3), esenciales para el ser humano, es decir, que deben ser aportados por la dieta.


Ese requerimiento está aumentado en el embarazo y la lactancia debido a que en el feto y en el recién nacido, la velocidad de transformación de los precursores a nivel hepático no es suficientes para cubrir los requerimientos metabólicos de estos ácidos grasos y es la madre quien los aporta a través del transporte placentario durante la gestación y a través de la leche durante la lactancia. Además ella misma debe cubrir a través de su ingesta sus propios requerimientos (8).


La leche producida por la madre aporta no solo ácidos grasos esenciales AL y AAL sino también AA y DHA que son los predominantes en el cerebro y la retina del recién nacido. Ambos son importantes para el crecimiento infantil, el desarrollo neurológico y las funciones visuales. En cuanto a la madre, hay estudios que avalan que el aporte de ácidos grasos omega 3 en el embarazo y la lactancia previenen la depresión post parto (9).


Las vitaminas que varían con la dieta materna son del complejo B: tiamina, riboflavina, piridoxina, cianocobalamina y la vitamina C. Las reservas son muy bajas en el lactante, por lo que deben ser suministradas por la madre. Los minerales como el calcio, hierro, zinc y cobre tampoco varían (7).


En cuanto al volumen producido, el principal regulador es la succión del bebé. La cantidad de líquidos ingeridos por la madre no influye en el volumen de leche. Es habitual que las mujeres en lactancia sientan más sed, sobre todo cuando se produce el reflejo de eyección, por lo que la ingesta de líquidos se regula de esa manera.


¿Qué alimentos deben estar presentes en la alimentación de una madre que esta amamantando?


Desde el punto de vista nutricional la producción de leche materna tiene un costo energético. Se recomiendan 500 kcals adicionales a las madres que tuvieron ganancia de peso normal durante el embarazo, aunque es importante ver las necesidades específicas de cada madre 10. Cabe aclarar que durante este período no es conveniente realizar dietas de adelgazamiento porque de forma natural se emplean las reservas de grasa acumuladas en el embarazo para la producción de leche, lo que contribuye junto con una alimentación adecuada a recuperar el peso.

Es aconsejable una alimentación variada que incluya alimentos de todos los grupos para que resulte completa y equilibrada.


Para cubrir las necesidades de proteínas, que están aumentadas en la lactancia, se recomienda consumir carnes magras, aves , pescado de aguas profundas por el aporte de Ω3, huevos, lácteos. Se aconseja incluir también un amplio espectro de frutas y verduras de estación para proveer al organismo de vitaminas, minerales y fibra, cereales y leguminosas, frutos secos y cantidades moderadas de aceites y grasas y azúcares y dulces. Para cubrir las necesidades de calcio se recomienda consumir un litro de leche al día. En culturas donde el consumo de lácteos no es importante se utilizan otros alimentos, por ejemplo:

  • Semillas de sésamo enteras agregadas a preparaciones, mantequilla de sésamo o tahini, sal de sésamo o gomasio. Para facilitar la absorción deben ser bien masticados o triturados

  • Nueces

  • Almendras

  • Tofu o queso de soja (donde se utilizan sales de calcio para su coagulación)

  • Pescado en conserva como salmón y anchoa

En nuestro país se administra hierro a las mujeres en lactancia, 30mg en días alternos, lejos de las comidas (11).


Conclusión


Si bien la dieta de la madre no es determinante en la composición de la leche materna, es importante velar por una alimentación adecuada en las madres que amamantan para asegurar un buen estado de salud en ella y en su bebé.



Bibliografía:

1-Organización Mundial de la Salud(OMS).­Alimentación del lactante y del niño pequeño .Nota descriptiva N°342- Febrero de 2014

2-Boletín de la maternidad- Observatorio de la Maternidad. Octubre 2008 núm. 4 pág .8 www.o-maternidad.org.ar

3-Aguila rA.M.- Requerimientos nutricionales de la mujer lactante - http://www.ops.org.bo/textocompleto/rnsbp92310307.pdf)

4- Purizaca, Manuel. Modificaciones fisiológicas en el embarazo. Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia [en linea]2010,56 http://www.redalyc.org/pdf/3234/323428195010.pdf

5- Lawrence, R.A. y R.M. Lawrence Lactancia Materna una guía para la profesión médica. p 94 - 115-116 https://books.google.es/books?id=AHVQYoWIlKEC&pg=PA111&hl=es&source=gbs_toc_r&cad=2#v=onepage&q&f=false

6-Asociacion Española de Pediatría - Lactancia materna en situaciones de riesgo de malnutrición materno-infantil. AEP -Marzo de 2014

7-Macias, Sara M. et al. Leche materna: composición y factores condicionantes de la lactancia. Arch. argent. pediatr., Buenos Aires, v. 104, n. 5, oct. 2006

8- S. Vega y otros. Fuente: Revista Grasas y Aceites. Formato: Pdf. Tipo de Documento: Artículo. Pie de Página: Revista Grasas y Aceites, 2012. Sumilla

9-Tapia S, Alexis- Acidos grasos omega-3 para la prevención y tratamiento de las depresiones en el embarazo y post parto. Rev. chil. obstet. ginecol., Santiago , v. 69, n. 5, p. 399-403, 2004

10- MSP-Manual para la promoción de las prácticas saludables de alimentación en la población uruguaya. Programa nacional de nutrición- Grupo interinstitucional de trabajo para las guías alimentarias basadas en alimentos de Uruguay. 2005

11- MSP- Guías en salud sexual y reproductiva. Manual para la atención a la mujer en el proceso de embarazo parto y puerperio. 2014


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